
Los perros del patrón ladran
les ha quitado el bozal,
quitó la tranca a la puerta
salen todos del corral.
Con tan buen patrocinio
perros azuzados van,
sale la brava jauría
rápidos para atacar.
Todos los perros del rancho
ya estan prestos a ladrar,
con colmillos afilados
puras mentiras dirán.
Corcel blanco don Alfaro
bandera de libertad,
sereno como costumbre
en su arduo cabalgar.
El objetivo muy claro
unir las fuerzas del mal,
pa’ frenar al corcel blanco
se une otro secuaz:
Cacique titiritero
compadre de don zaguán,
mueve sus hilos primero
títeres le atacarán.
En el campo de batalla
ruin batalla desleal,
majestuoso corcel blanco
no le podían parar.

Los perros ladran calumnias
injurian con falsedad,
le quieren morder las ancas
todos son perros del mal.
El corcel sigue su trote
nadie le puede parar,
los perros llenos de lodo
ya lo quieren salpicar.
El corcel es pura sangre
su meta la Capital,
su capital la experiencia
para poder gobernar.
El patrón del rancho grande
desesperado está
suelta más perros canijos
lo quieren amedrentar.
La historia registra
que el Valle de Atemajac,
sus ciudadanos distinguen
cuando se quiere engañar.
En la larga carrera
el triunfo se da,
ha ganado don Alfaro
nadie lo puede negar.
Los perros como alacranes
se esconden o se van,
van llorando su derrota
no la pueden ocultar.

Guarde sus perros patrón
no hay razón para pelear,
cuando Alfaro le alcance
sabe que vaya a pasar.
En el casco de su hacienda
el patrón quiere llorar,
tantos trucos amañados
no le pudieron salvar.
Don Alfaro, don Alfaro,
usted le supo ganar
a ese político malo
que lo quiso enlodar.
Esto que digo, lo siento,
si alguien se ha de enfadar,
porque es cierto lo cierto
como la honrosa verdad.
Que al cabo soy un poeta
ya quién me puede culpar,
por decir verdad entera
nadie me puede callar.
Aquí cierro el capítulo,
los perros gruñendo se van,
con este triunfo tan digno
¡Ganó, ganó!, qué caray.
