BARRENO ROJO… CRIMEN PASIONAL SIN REMORDIMIENTOS, LAMENTO DE LOS TAPATIOS Y UN HECHO DELICTIVO QUE AÚN NO SE BORRA

“¡No me maten, por favor, por mis hijos, no me maten!”, de esta manera imploraba el famoso cronista deportivo Susano Santos Flores, a quien fuera su esposa, la “Viuda Alegre”, Gloria Concepción Madrigal y al colombiano Julio César Consuegra Avendaño, pero de nada sirvieron sus ruegos ya que los amantes habían planeado su muerte la madrugada del domingo 7 de enero de 1968.

La pasión y la ambición los condujo a cometer uno de los crímenes más sentidos por los tapatíos. Seguros de que disfrutarían de los bienes materiales del también locutor de la estación de radio XEAV Canal 58, lo acribillaron con saña escribiendo en la historia policiaca una de las páginas más negras. En pleno proceso de divorcio Susanito lo sorprendió la muerte en su propia casa e incrédulo vio y sintió cómo lo asesinaron su esposa y su amante a tubazos.

En un principio el plan parecía apuntar a un crimen perfecto, ya que pensaban desbarrancar el cadáver en la carretera a Saltillo, pero su cómplice Luis Jaime Jiménez no acudió a la cita y las decisiones tomaron otro rumbo: subieron a Susanito a la cajuela del auto pero el temor de manejar en las traicioneras curvas de dicha carretera se los impidió y trataron de desaparecer el cuerpo en un lote baldío que estaba enfrente de la escena del crimen (Juan Manuel 2517) y posteriormente lo quemaron con gasolina.

Susano Santos Flores (2)Una cuartada que le tendió el Servicio Secreto a la “Viuda Alegre” y un anillo que llevaba las iniciales de SS permitió esclarecer el cruel asesinato. Sin perder el cinismo ni el aplomo, la modelo y locutora (al igual que a sus cómplices) le fue dictado auto de formal prisión el 14 de enero de 1968, quien se mostró inmutable ante la decisión y nunca mostró gestos de arrepentimiento ni de dolor.

ENTRE EL PECADO Y EL CRIMEN

La modelo originaria de Ocotlán Gloria Concepción Madrigal y Julio César Consuegra Avendaño se conocieron para los últimos meses de 1965 en Guadalajara cuando el colombiano llegó a esta ciudad junto con otros dos compatriotas (Luis Jaime Jiménez Sanabria y Luis Hernando Montaño Fonseca).

La también locutora de 28 años de edad, elegante y guapa se enamoró perdidamente de Julio César, que para ese entonces tenía 22 años, era un joven atractivo, alto, de complexión regular, ojos garzos, por lo que también trabajaba en una empresa de modelaje y al mismo tiempo fue baladista y compositor de canciones, lo que lo llevó a participar en el conjunto de “Los Riders”.

Susano Santos Flores (3)De inmediato la química del amor y la pasión nació entre los dos, al grado tal que Conchita, como la llamaban sus amistades, no le importó su condición de casada y de inmediato sostuvo una fuerte relación amorosa con Julio César, también llamado en el círculo musical “Julio del Mar”.

A sabiendas que sus relaciones amorosas no eran bien vistas en sociedad, porque Concha estaba cometiendo adulterio, la pareja todos los días se veía en el centro de la ciudad de Guadalajara y en otras ocasiones en el departamento de los colombianos que rentaban en López Cotilla 244. Pero esos encuentros no eran suficientes y en las noches cuando su marido, el cronista deportivo Susano Santos Flores, tenía programas de televisión se citaban a las 22:30 horas para pasar una velada romántica sin ser descubiertos.

Pasaron los meses y para el año de 1967 el matrimonio Santos Madrigal se derrumbaba, la locutora de televisión Concepción quería ser libre para vivir en pleno su amor con Julio César Consuegra, por lo que entablaron demanda de divorcio por “consentimiento mutuo” para así cerrar un capítulo de problemas conyugales que estaba afectando a sus dos hijos (Lupita y Fernandito).

Pero en un momento de reflexión los amantes advirtieron que allí no acababan los problemas ya que Susano sólo destinaría su sueldo de Televicentro para la manutención de sus hijos, por lo que Concepción Madrigal se vio desprotegida económicamente y decidió planear un complot en contra de su marido para asesinarlo. El pecado los convirtió en asesinos.

UN EPISODIO FATAL Y UNA MADRUGADA DE ESPANTO

Durante el mes de diciembre de 1967 Concepción Madrigal, Julio César Consuegra, Luis Jaime y Luis Hernando empezaron a reunirse para preparar la conspiración en contra del talentoso locutor Susano Santos Flores. Una y otra vez repetían el plan para perfeccionarlo, ya que querían lograr un “crimen perfecto” para no ver truncados sus planes: la pareja quería hacer una nueva vida juntos cómodamente y sus cómplices cobrarían una jugosa suma de dinero (cinco mil pesos cada uno) que les permitiría cambiarse de residencia.

La muerte de Susanito estaba pactada para el 5 de enero de 1968, pero Conchita prefirió esperar un día más ya que al día siguiente la familia celebraría los 15 años de su hija Lupita y el Día de Reyes. Desde el viernes llegó a la casa de la familia de Susano Santos Flores, en Juan Manuel 2517, la señora Carmen Leticia Zaragoza, de 21 años de edad, quien era amiga íntima de su hija para presenciar los festejos.

El locutor de radio y televisión Santos Flores invitó para la celebración de su hija a Pascual Gómez, mejor conocido como “El Pato” Gómez, sin embargo éste no pudo asistir porque ese mismo día se casaba.

La reunión del sábado se efectúo desde temprana hora por lo que los invitados también se retiraron temprano (a las 23:00 horas), anteriormente la familia tuvo una confrontación al enterarse el padre de Gloria Concepción, Enrique Madrigal, que en breve se divorciaría, para esto la madrastra, Isabel Gómez, le dijo que como “Susano y Concha pensaban divorciarse sería mejor que ella fuera menos a esa casa, para ver si al verse sola Concha recapacitaba”. Esto lo escuchó Lupita y de inmediato se echó a llorar, posteriormente Susano la consoló y se despidió porque tenía una reunión.

El locutor salió de su hogar a las diez de la noche, mientras tanto, Gloria Concepción se reunía con su amante Consuegra Avendaño para llevar a cabo sus planes. Pacientemente los amantes esperaron a que regresara Susanito para matarlo. Para llevar a cabo el crimen Julio César días antes  había comprado en San Juan de Dios dos tubos de fierro, de los que se usan en las cañerías y un pedazo de cordón de plancha, que emplearía para ahorcar a la víctima si era necesario.

Las horas transcurrieron mientras que Fernandito, Lupita y Carmen dormían profundamente, pero al escuchar ruidos y voces sospechosas Carmen despertó pasadas las dos de la mañana, no sabía lo que ocurría y permaneció quieta en la recámara del matrimonio, ya que Concha les dijo que durmieran allí.

Susano Santos Flores (9)Una noche de terror se vivió la madrugada del domingo 7 de enero de 1968, Susano Santos Flores llegó a su hogar a la hora antes señalada, al abrir la puerta fue emboscado por “Julio del Mar”, quien lo golpeó un par de veces con los tubos que había adquirido en el Mercado Libertad. En ese instante, asustado pedía clemencia a gritos: “No me maten, por favor, por mis hijos, no me maten”, pero nada sirvieron las súplicas porque le golpeó la cabeza hasta que murió.

Entre tanto, Carmen y Lupita se levantaron y decidieron bajar para ver qué estaba sucediendo, pero Gloria Concepción se percató de ello e impidió que salieran de la recámara pero su hija le comentó que era la voz de su papá y quería bajar para ver qué sucedía, por lo que la asesina se puso histérica refutándole que no era cierto y se quedó junto a ellas en la recámara. Se acabaron los gritos en la escena del crimen y después de escuchar algunos portazos y pisadas en la escalera, a los 15 minutos sonó el teléfono para lo que Concha contestó: “Ah, eres tú…”, narró lo sucedido y le dijo que si podía venir a la casa.

Las muchachas sabían que estaba hablando con Julio César por lo que Lupita le reclamó el por qué venía ese señor a la casa si su papá podía llegar en cualquier instante; ella les dijo que estaba asustada y quería saber qué había sucedido en la planta baja de la casa. A los 10 minutos llegó el amante de la locutora y se dirigió hasta el cuarto donde estaban refugiadas y al entrar Julio dijo que abajo había unas huellas de sangre. Ante la interrogante de las jóvenes los enamorados hablaban en voz baja y luego se fueron a limpiar la sangre y lo único que escuchaban las asustadas muchachas era que lavaban algo en el lavadero.

Cuando los amantes se enfrentaron al hecho de desaparecer a Susano se percataron que estaban en un serio problema, en un principio esperaban que Luis Jaime Jiménez desbarrancara el cuerpo en la carretera a Saltillo, pero éste no llegó y por el temor a las peligrosas y traicioneras curvas de esa rúa lo metieron a la cajuela y acordaron que al otro día lo quemarían.

Ya eran las cinco de la madrugada cuando se quedó en silencio la casa, Lupita y Carmen Leticia se volvieron a dormir, mientras que Concha mandó a dormir a Julio César Consuegra al cuarto de la sirvienta Tomasa Torres Mesillas, ya que ésta se había quedado con su hijo Fernandito, de 10 años de edad.

El domingo por la mañana los amantes se levantaron como si nada hubiera pasado, en contraparte sus hijos replanteaban interrogantes y aseguraban que habían oído gritar a su papá. Los aficionados al futbol y amigos también se extrañaron por la ausencia del cronista Susano Santos Flores, por lo que “El Pato” Gómez tuvo que narrar el partido del 7 de enero de 1968, en el que el Oro Jalisco se midió al cuadro celeste del Cruz Azul.

Luis Santos, hermano del desaparecido, se dirigió ese mismo día a la casa de Conchita para preguntar por Susano y ésta le confirmó que no había llegado por lo que de inmediato puso una denuncia en la Procuraduría General de Justicia y el Servicio Secreto, comandado por el capitán Manuel Calero Salazar, empezó las investigaciones.

Susano Santos Flores (8)Tenían que desaparecer el cuerpo del delito y Consuegra Avendaño se dirigió a la gasolinera Minerva para comprar combustible y el lunes por la noche lo arrojaron en una zanja que estaba frente a su casa y junto con un montón de basura comenzaron a incinerarlo.

HORRENDO HALLAZGO

Susano Santos Flores (5)Tras la denuncia, el jefe del Servicio Secreto sospechó de la esposa de Susano al no mostrarse preocupada por la desaparición del cronista, por lo que el miércoles 10 de enero le tendió un cuatro al asegurarle que habían capturado a sus cómplices y le pidieron que le señalara dónde estaba el cuerpo del locutor.

Se encontró el cadáver dentro de la zanja boca abajo, con el brazo derecho flexionado y totalmente incinerado al grado de que al subirlo a la camilla se destrozó el vientre. El parte médico de la Cruz Verde señaló quemaduras de primero, segundo y tercer grados en toda la superficie corporal.

Su consanguíneo Luis identificó el cadáver gracias a un anillo (que los asesinos olvidaron quitar) que portaba en la mano derecha y tenía grabadas las iniciales SS (Susano Santos). A partir de entonces, la presión social activó a las autoridades para que descubrieran la verdad.

El colombiano Julio César Consuegra confesó que había matado a Susano porque golpeaba mucho a Concepción Madrigal y trató de salvar a su amante, pero Carmen Leticia hundió a la “Viuda Alegre”, calificativo que se ganara por su cinismo e inmutación y falta de remordimientos, a quien le dictaron auto de formal prisión el 14 de enero de 1968. A ella y sus cómplices los condenaron a 30 años de prisión por homicidio calificado con agravantes.

Después de verse perdida la “Viuda Alegre” se mostró desesperada en la cárcel de mujeres, donde continúo clamando inocencia, pero de nada le valió. El amante de Concha fue trasladado a la desaparecida Penal de Oblatos, posteriormente a Puente Grande y luego a las Islas Marías, allí fue visto por el escritor Leopoldo Rivera, quien se percató de su nivel cultural y de un lujoso, grande y caro anillo de oro rematado por una turquesa, que guardaba como recuerdo de su amada.

NUMERALIA CLAVE

12/65: Concha Madrigal conoce a Julio César Consuegra.

12/68: Los amantes y cómplices preparan el plan para matarlo.

07/01/68: Matan a Susano Santos Flores.

10/01/68: Detienen a Concha y Julio César.

14/01/68: Dictan auto de formal prisión a la locutora.

INMORTALIZADO EN EL SALON DE LA FAMA

“Bienvenidos aficionados al veloz deporte del balompié”, peculiar inicio del cronista Susano Santos Flores en las trasmisiones de futbol, fuera en la televisión o la radio. Sus dotes para narrar los encuentros deportivos fueron reconocidos por los tapatíos quienes también se sabían de memoria la frase de despedida: “El deporte es ejercicio en el cuerpo y disciplina en el alma”.

El famoso cronista nació en el poblado de Cortazar, Guanajuato, el 24 de mayo de 1930. Desde su infancia externó su inquietud por narrar diferentes disciplinas del deporte, al grado tal que por las noches espiaba que sus papás y hermanos se durmieran para vivir su gran aventura de niño. Seguro de que  nadie lo descubriría, se levantaba y se dirigía a la recámara principal para prender el único radio de bulbos que había en la casa y detenidamente oía los partidos de futbol o beisbol.

Al otro día se levantaba gustoso y comenzaba a narrar el encuentro deportivo con el mismo profesionalismo que los cronistas de su tiempo, para ese entonces su familia le preguntaba dónde había escuchado eso y seguro de sí mismo respondía que en sus sueños. Y sus sueños se cumplieron ya que durante la década de los sesenta se convirtió en el cronista más famoso de la Perla Tapatía.

Después de 34 años de su muerte, el Code Jalisco lo incluyó por unanimidad en el 2003 en el Salón de la Fama al considerarlo un decano en las narraciones de futbol, beisbol, box y lucha libre. Lamentablemente ese domingo 7 de enero de 1968 la voz de Susanito ya no se escuchó en el esplendoroso Estadio Jalisco.

SINOPSIS DE UN CRIMEN

Asesinato: Susano Santos Flores.

Asesinos: Concepción Madrigal y Julio César Consuegra.

Perfil psicológico: Homicidas.

Escenario: Juan Manuel 2517.

Móvil: Crimen pasional.

Fecha: 7 de enero 1968.

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